Asistimos a un periodo en el que los avances diagnósticos ó no se que cosa, está propiciando que muchas personas se alisten al grupo de celiacos, sin que estuviese en sus planes. Mejor
tomarselo con humor, que no se acaba aquí el mundo.
La enfermedad celíaca es el resultado de una intolerancia a las proteínas del gluten, componente de
algunos cereales. O al menos, esto es lo que hoy sabemos, porque en medicina, como dice Chiquito de la Calzada, "las teorías se mueven más que los precios". La cosa comenzó a orientarse allà
por el siglo I, según comenta Areteo de Capadocia, un señor de enorme mérito que estuvo atento a todo lo importante que sucedia en su tiempo. Lo contrario de algunos telediarios de
ahora.
Resulta que por el este de Turquia comenzaron a cultivar trigo. Me consta que por allí se inventó la
pizza y diferentes formas de enrollar la carne en pasta de trigo que hacia el sur llamaron shawarma, y al norte donner kebab. La cuestión es que a algunas personas este alimento tan cristiano y
mediterràneo, no les sentaba bien a la tripa. Y no por una ni otra cualidad, sino por una sustancia que contienen trigo, cebada, centeno y derivados híbridos (espelta, escanda, kamut,
triticale..). La avena, aunque suele incluirse entre éstos, no contiene proteínas del gluten pero desencadena en algunos casos respuesta inmune cruzada.
Mil novecientos años tardamos los médicos en confirmar la sospecha. Fue mas dificil encontrar la
proteina dichosa que a Wally en el frente atlético. En 1950, un pediatra holandés cuya mujer era amiga de un amigo encarriló el tema. El Doctor Willem-Karel Dicke demostró en su tesis doctoral
que si excluian esos cereales de la dieta, la enfermedad mejoraba. Y es que había comprobado durante la guerra que en momentos de restricción, cuando faltaba la papilla que le daban a los enfermos en
el hospital, algunos niños mejoraban. En fin, eran otros tiempos en los que las tesis, los libros y las canciones las presentaban aquellos que las habían creado..
Como os decìa, a algunos de los "snob" contemporàneos de Jesucristo a los que les dió por comer
pan, se les inflamaba el "fistro" intestinal, es decir, la parte "celiaca", que es como los médicos llamamos a este órgabo tubular. Una cosa parecida a lo que esta ahora pasando, que según vamos
introduciendo alimentos nuevos, un porcentaje de las personas van indisponiéndose y desfilando por la consulta del digestólogo uno detrás de otro.
Vamos, que el gluten para un celiaco tiene mas peligro que abrir un paquete de tabaco delante de un
aparcacoches. Es quizà la celiaquia de las pocas enfermedades digestivas que curamos con la dieta, retirando la gliadina, una proteina que se encuentra en el gluten y que en individuos genéticamente
predispuestos, se cuela entre las células intestinales provocando una reacción inflamatoria, de tipo autoinmune que ocasiona el acortamiento de las vellosidades dejando "el intestino como el bonobus
de willi Fog"
Aunque clásicamente la enfermedad celíaca era patrimonio de niños, ahora se presenta más a menudo en
edades más tardías, entre los 10 y los 40 años. Además, la imagen típica del niño con dolor abdominal y diarrea se ha sustituido por síntomas más atípicos e inespecíficos en adultos. Esto podría
deberse a períodos más largos de lactancia y el retraso en la introducción del gluten en la infancia. Y añadiría que en los ultimos años con el exceso de información, muchas personas con molestias
abdominales ya han eliminado o reducido el gluten, con el consiguiente retraso en el diagnóstico por la falsa negatividad de las pruebas.
Ahora, màs que nunca, ante las dificultades diagnósticas que os comento, los síntomas son relevantes
para decidir a quien hemos de estudiar. Reducir el gasto en estudios analiticos innecesarios siempre es interesante.
Los pacientes celiacos pueden presentar diarrea con heces voluminosas y ricas en grasa. Como
consecuencia de esta malabsorción también se produce retraso en el crecimiento en niños o desnutrición, anemia, alteraciones neurológicas por déficit de vitaminas del grupo B, y debilidad en los
huesos por déficit de vitamina D y calcio.
Puede ocurrir simplemente cansancio, hierro bajo en sangre, elevación de transaminasas, dolor
abdominal, aftas orales recurrentes, falta de apetito, hinchazón abdominal, estreñimiento, o cambios en el humor. "Aunque este último síntoma no es valorable en la temporada de la declaración de la
renta", que ahora empieza.
No son raros los casos descubiertos al azar en un chequeo, uno de cada cien españoles es celiaco. Al
estudiar a familiares de un celiaco, la probabilidad asciende a uno de cada diez, y el porcentaje se dispara si es pelirrojo, fruto de algún desliz de una antecesora impresionada por la "barba
roja".
No se si sabeis que los escoceses, sobre todo los de las islas del norte y los irlandeses, a base de
comer tanta patata quizá, son en alta proporcion intolerantes al trigo, cebada, malta, y digo yo, que por eso a alguno de ellos se le ocurriría inventar el whisky para destruir el gluten y poder
consumir todos estos cereales. De ahí viene lo de la "doble fermentación", para estar un poco mas seguros.
Hemos de sospechar celiaquia ante sintomas neuropsiquiátricos, artritis, infecciones de repetición,
dermatitis, alteraciones renales y abortos reiterados. En este tipo de casos, no es raro ver pacientes en los que el diagnóstico puede ir "más lento que Internet en
vacaciones"
La importancia de diagnosticar personas que no presentan síntomas radica
en:
- Prevenir el desarrollo de neoplasias (este
riesgo se iguala al de la población no celíaca al realizar correctamente una dieta sin gluten). - La detección de déficits
nutricionales. - Evitar recién nacidos de bajo peso en mujeres
afectadas. - Prever asociación con otras enfermedades
autoinmunes como la diabetes mellitus tipo 1 o la tiroiditis autoinmune.
De como hacemos el diagnóstico ya nos ocupamos los médicos, no vaya a ser como con el helicobacter
pylori, que casi te lo miran en los quioscos. En lo que a mi respecta, no planteo un esquema fijo, según cada caso haría una recomendación a la carta. Como dato importante, es conveniente tener
una biopsia intestinal antes de comenzar el tratamiento.
El tratamiento es simple, aunque nada de fàcil de llevar a cabo, pues la retirada de la dieta de estos
productos debe ser continua y estricta durante toda la vida. Al menos hasta que aparezcan en el mercado los fàrmacos que estàn en desarrollo y que pretenden corregir la permeabilidad intestinal.
Pequeñas cantidades de gluten pueden producir lesión de las vellosidades intestinales, que como os voy subrayando, es conveniente evitar.
Aunque no siempre estas lesiones tienen por qué ir acompañadas de síntomas clínicos, y los pacientes se
relajan. Aunque porciones muy pequeñas de gluten consumido no son relevantes, es bueno que esto se sepa porque algunos que yo conozco " son mas confiados que Petete en La universidad" y si esto
de saltarse la dieta, que entiendo que es humano, conlleva a una menor absorción de ciertos nutrientes y riesgo de desarrollar linfoma intestinal a largo plazo.
No es facil vivir sin gluten, esta en donde menos te lo esperas. El gluten esta por todas partes y
entiendo que a estos pacientes a veces se le ponga "mas mal caracter que stoichkov en ayunas". Podemos encontrar gluten en un pintalabios o en el pegamento de una carta. Es por tanto mas fácil tener
claro los alimentos o productos seguros. Al principio del tratamiento es aconsejable recibir consejo dietético por especialista en nutrición y se aconseja que los pacientes se afilien a las
asociaciones de enfermos celíacos para recibir información. (Federación de Asociaciones de Celíacos de España).
Cada vez mas las empresas de alimentación están concienciadas de este problema. Quiero destacar la
marca Frial por su innovación e investigación en esta materia. Sus productos estan diseñados para celiacos, diabeticos, hipercolesterolemia y ademas contienen modificaciones de las grasas para evitar
engordar y añaden suplementos de omega tres. También algunos supermercados contemplan el suministro de productos libres de gluten.
Por mi parte, modestamente he comenzado a recoger dircciones de restaurantes para celiacos en nuestra
web.
El celíaco puede tomar todo tipo de alimentos que no contienen gluten en su origen: carnes, pescados,
huevos, leche, cereales sin gluten (arroz y maíz), legumbres, tubérculos, frutas, verduras, hortalizas, grasa comestibles y azúcar. El consumo de productos manufacturados conlleva asumir riesgos
potenciales.
En aquellas casas en las que hay un celíaco, lo mejor es la solidaridad a la hora de cocinar y consumir
harinas y pan rallado sin gluten o copos de puré de patata para rebozar. Creo que las compras por internet pueden ayudar mucho a tener la lista de la compra libre de gluten y sobre esa base ir
añadiendo marcas de productos "seguros" que si no, os volvereis locos.
Eso si, deberàn estar atentos a algunos medicamentos que contienen gluten, a la comida a granel o no
etiquetada y a algunos conservantes y aditivos.
Viva la paella valenciana, que diría un celiaco harto de maiz; y que rica està la ensalada de lechuga
malagueña con tomate de Coín y queso artesanal del que hacen en Montefrio, "por la gloria de mi madre"
Siempre quedará un buen entrecot o un buen pescado o marisco de nuestra costa andaluza; o la gran
variedad de conservas de Ubago (aconsejo los langostillos); regado con un vinito blanco tipo Botani, por apoyar a la gente emprendedora; o un tinto de Ronda, "por descontao". Animaros,
que hay vida despues delgluten, lo que pasa es que algunos tienen "menos imaginación que el chef de Mc Donald"
Que los celiacos pueden disfrutar de todo lo que lleva grasa, y por tanto, vehiculizan el sabor, como
el aceite, mantequillas o el "foie", incluso el caviar, tano el original como el sucedàneo, mirando siempre la etiqueta. Pueden comer potajes, escalivada, hasta "calçots", como los que prepara Enric.
Pueden hasta parar en "casa Pepe en despeñaperros" y tomar el plato famoso de Las tres F (Franco, Felipe y Francisco), y de postre un tocino de cielo de Tarifa, casero, y fruta a gusto del
cliente.
Buen viaje, amigo celiaco.... mejor con humor, y precaución en el camino.
Doctor Carlos de Sola Earle
Insituto de Enfermedades Digestivas de Marbella