Hay predisposiciones genéticas que hacen de algunos individuos unos supervivientes, por su capacidad de aprovechar el alimento que comen y por evitar el derroche gratuito de calorías. Son personas eficientes desde el punto de vista energético, yo diría ecológicos. En otra época sin supermercados ni frigorífico almacenarían grasa corporal para usar en periodos de necesidad.

Así, en situaciones de falta de alimentos, estos individuos son los que prosperan y por selección natural su descendencia tiene cada vez más tendencia a engordar. En Europa con tanta guerra y hambruna debió haber una buena criba entre nuestros antepasados y ahora portamos esos genes que se asocian a una mayor absorción de carbohidratos o grasas asociadas a las proteínas.

Hay intestinos que tienen, como algunos hoteles, las típicas puertas giratorias por donde entran las proteínas. Y algunos tienen además unas puertas laterales por donde entra con facilidad el equipaje. En este caso las grasas.

Pero la sociedad actual hace que los obesos se sientan negativamente diferentes. Han hecho de la virtud un defecto y tienen la sensación de que todo les engorda y no pueden comer lo que otros. Esto lleva a menudo a generar complejo desde la infancia y ansiedad en adultos, y la ansiedad al final sale a la luz en formas varias.

El problema es cuando la ansiedad se convierte en hambre o en desdén hacia uno mismo. Entonces se cierra el círculo vicioso y la persona engorda sin parar.

La obesidad es de las enfermedades más difíciles de revertir. Es muy complicado su manejo, requiere de mucho apoyo familiar, fortaleza mental e ilusión. Los pacientes viven altibajos, se auto responsabilizan por no cumplir y otros buscan culpables.

En mi experiencia algunos suelen tener algún problema familiar o psicológico de base. Pero la mayoría simplemente es que tienen esa tendencia a engordar y cuando se casan, quedan embarazadas, enferman, quedan sin actividad deportiva o laboral... esa tendencia se pone de manifiesto.

Algunos procedimientos ayudan a obtener rápida reducción de peso inicial. Si las condiciones anteriores se cumplen, apoyo familiar, determinación e ilusión, el paciente cambia su metabolismo y consigue el objetivo. Se adapta a comer lo que realmente necesita y se mantiene sano.

Ahora junto al método POSE y balones convencionales, tenemos un Balon gástrico ingerible que os quiero presentar. Está plegado dentro de una cápsula que se traga con un vaso de agua y al llegar al estómago lo inflamos hasta conseguir el tamaño que veis en la foto.

Se coloca fácil y se disuelve por si mismo en 16 semanas también fácil sin Endoscopia ni más problema. Algo sencillo que seguro ayudará a muchas personas.

Dr Carlos Miguel de Sola Earle

Especialista en Medicina del Aparato Digestivo