“Consejos para consultar problemas de salud en Internet” . Es el resumen de una conferencia ante pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (9/4/2015) Allí me comprometí a editarlo, y aquí está mi visión un poco humorística de la problemática que rodea el “pensar que el ordenador es algo más que una fuente de información que las personas deben analizar, matizar, contrastar y comprender antes de aplicar.
El “temita de Internet”, tan controvertido, es posible que nos haya aportado mucho más de lo que nos ha restado. Es una primera impresión, una visión de términos medios, pues si lo llevamos al caso particular, creo que habrá de todo; y si lo centramos al terreno de la Medicina, por mi experiencia, digo que algunos pacientes encuentran la solución a su problema consultando, pero creo que son muchos más los que generan un problema a partir de una simple consulta.
El “temita de Internet” ocupa a los pacientes y preocupa a los médicos. Algunos pacientes ocupan mucho tiempo analizando su caso hasta entrar en una espiral, que muchos médicos comienzan a definir como un síndrome con entidad propia que sufren muchísimos internautas, o como un estigma que matiza a otra enfermedad física. Y me explico: algunos pacientes no tienen nada más que el “síndrome Google”, es decir, cuando les pica el ojo van a Internet y revisan todo lo revisable hasta que después de varias horas, a la cuatro de la madrugada notan como ¡el picor se vuelve dolor de tanto mirar la pantalla y llegan a la conclusión de que lo que padecen es un ataque de glaucoma!
Otros por el contrario, que tienen una enfermedad real y que no han tenido la suerte de encontrar un médico que se lo solucione, consultan afanosamente a su computadora y lo que consigue es ponerse más nerviosos pensando que están peor de lo que están. Se van a la cama con sensación de muerte inminente con una carita de susto que es la misma con la que entran en la consulta.
Y los médicos se preocupan porque no consiguen imponer su criterio sobre el de Google; no consiguen convencer a sus pacientes de que aquello que encontraron en “la red”, no es “exactamente así, como usted ha entendido”; vamos, que “no es realmente eso lo que usted padece, aunque piense que completa todos los síntomas”…
Esto es tan así, que el “temita” en cuestión está haciendo en muchos casos a los médicos separarse de los pacientes. Sin ser un problema nuevo, que ya comenzaron a separarse por efecto de la televisión o por la mejor política de prensa de los colegios farmacéuticos, que a decir verdad, se presentan en los medios como más creíbles. “Y si no me creen, consulta a su farmacéutico, que verá como me da la razón”…
Los pacientes no consiguen digerir tanta información como existe publicada, no consiguen discernir lo que es recomendable y estamos viviendo como una mala influencia que cambia la vida de las personas. En lo que a mi especialidad respecta, veo cada día un cambio en los hábitos alimenticios extenderse por la población que se alista a la “liga de la soja” igual que se borra del “club del gluten” o reniega de la leche. Tampoco los tratados de historia se imponen a los blogs de Internet, ni ninguna civilización ha progresado sin lácteos, pero eso parece que importa poco ahora.
Uno de los consejos para esta práctica es evitar consultar “en caliente”. Estudios realizados en China predicen la frecuentación de las urgencias hospitalarias en base a las consultas sobre salud en Internet en los momentos previos. También en China se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena, pero en caliente perdemos la objetividad.
No es conveniente ir directamente a Google, este buscador está muy mercantilizado y aparecerá primero el que se posicione mejor. Además, es buscar una aguja en un pajar. Solo de cáncer hay más de tres millones de referencias. Es más correcto pasar por filtros en los que se selecciona la información que procede de fuentes acreditadas: Trip Database, excelencia clínica.
La información sobre salud está muy dispersa, tal es así, que si analizamos las cien webs más frecuentadas en lengua castellana, solo una página de Medicina aparece entre ellas. Avanzamos hasta el puesto nº 89 para encontrar Pub Med, que es la web de la biblioteca nacional de Medicina de EEUU. Aquí dentro aún siendo más específica, sigue habiendo mucha información y por ello os recomiendo entrar a través de palabras clave (Query) o buscar directamente ensayos clínicos del tema que os interese para ver medicamentos que están en fases previas a su comercialización (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/clinical) .
Como os digo, la información es enorme y os llevará tiempo entender si no sois médicos o no tenéis costumbre de utilizar estas bases de datos. Decir que hay versiones de Medline en castellano, el principal buscador de esta página, no tan completo como el original en inglés, “que le vamos a hacer”.
Un inciso para aportar optimismo, que los de mi generación teníamos que pasar horas en la biblioteca de la ciudad sanitaria Virgen de las Nieves y leernos los índices de las revistas más importantes. Poco después comenzaron a llegar CDs con los títulos de los artículos que luego había que buscar en papel. Ahora las cosas son sustancialmente más fáciles.
Las publicaciones científicas que encontramos en estas páginas son las que marcan la practica médica a gran escala. Ejemplo, la pauta de antibióticos recomendada en una gastritis por Helicobacter pylori, la combinación de fármacos recomendada para el virus C en cada momento, o el algoritmo de tratamiento de la colitis ulcerosa fulminante. También de esta manera encontraréis información epidemiológica y podréis saber que el riesgo de padecer una Enfermedad Inflamatoria Intestinal se arrastra a la tercera generación. Esto es, son artículos, la mayoría, que nos reconfortan al informarnos de lo que ya sospechábamos, pero que aportan seriedad y corrigen constantemente nuestro quehacer.
Una cosa es buscar información genérica, y otra bien distinta, es resolver un problema personal concreto. Si os digo mi opinión, el buscar cosas específicas en este tipo de páginas especializadas solo lo recomiendo a los médicos, porque será complejo que no siendo especialista se encuentre una solución. Y esto es porque el sistema no está preparado para ello, la famosa frase de “el que no sabe lo que busca, no ve lo que encuentra”, se hace fuerte en estos casos.
En mi experiencia, la práctica clínica sigue yendo muy por delante en la resolución de los problemas del día a día, y será más fácil consultar a un médico con larga trayectoria o entrar en páginas más generales de personas que cuentan la experiencia de haber sido tratados por el mismo problema. Esto es lo que hacemos los médicos, que consultamos a nuestros colegas. La probabilidad de resolver un caso raro va a aumentar mucho así.
No olvidaros de las páginas especializadas en temas concretos. Allí encontrareis opiniones sobre problemas que tenéis y que ya se han presentado en otras personas. A saber: www.fda.gov para medicamentos; www.cdc.gov para infecciones; www.oncolink.org en consultas sobre cáncer; y a mi me gusta mucho www.uptodate.com y www.medscape.com para Medicina en general. Para consultas sobre enfermedad inflamatoria intestinal tenéis muchas: www.lifeandibd.org ; www.ccfa.org; www.accuesp.com/es/ ; etc..
Un secreto: a menudo consulto a Google para encontrar detalles de cosas que ya conozco pero sobre la que he olvidado detalles. Para esto es buenísimo, a con frecuencia discrepo de estas páginas tan oficiales que os he comentado, y que en manos de personas también por desgracia pueden tener sesgos, errores de procedimiento ó intereses.
Finalmente os resumiría cuatro puntos que resumen una buena estrategia de consulta sobre salud en Internet:
1- Evitar consultar “en caliente”
2- Seleccionar la fuente adecuada
3. Obtener la información precisa
4- Comentar con el médico
Yo por mi parte como algunos sabéis, junto a mi equipo aportamos nuestro granito de arena en hacer más fácil de entender la información médica a los pacientes a través de redes sociales y de nuestra web: www.lahoradeladigestion.com
Saludos a todos
Doctor Carlos de Sola Earle
Instituto de Enfermedades Digestivas de Marbella